Thursday, December 18, 2014

A Rafael Uribe Uribe



A Rafael Uribe Uribe


No luches más... Es vana tu porfía.
¿No oyes cómo se pierde sin un eco,
cual de una tumba en el oscuro hueco,
tu voz en esa cámara sombría?

¡Hablar allí de oprobio y tiranía!
Tanto espíritu exótico y enteco
no podrá comprenderte; ¡el labio seco
cierra ante los parásitos del día!



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, December 10, 2014

Pobres peregrinos



Pobres peregrinos

He intentado mil veces el esfuerzo,
sí mil veces, mil veces lo he querido
no volver a escribir un solo verso,
pero... bien sabe Dios que no he podido.

Hay en mi corazón una clemente
voz que me ordena como madre estricta;
yo la obedezco religiosamente
y escribo las palabras que me dicta.

Sueños que se deshojan a la manera
de un rosal abatido por extraños
vendavales, en plena primavera:

Así son estos versos peregrinos
que sufrieron profundos desengaños
en las vueltas de todos los caminos.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, December 3, 2014

Sólo para ti



Sólo para ti


A pesar de los hálitos adversos
que soplan sin cesar sobre mis penas,
si vives en el fondo de mis versos
con una majestad ultra terrena.

Ellos son tus súbditos constantes,
te reverencian con sagrado esmero,
y te saben guardar, como el joyero
al más puro de todos sus diamantes.

Hoy haz cumplido diez y nueve abriles
y por esos mis sueños juveniles
se ofrecen en las plumas de sus alas.

Esta quimera copla lastimera
que sólo para ti yo bien quisiera
fuese un palacio de catorce salas.


Francisco Restrepo Gómez


Wednesday, November 26, 2014

Para siempre




Para siempre


Arde un tizón, ya casi consumido,
en el hogar, y un rayo de la luna
se acerca moribundo hasta la cuna
en donde duerme mi recién nacido.

Entre tanto, mi dulce compañera
hace labor; yo escribo alguna cosa
que me ha dictado el corazón, y afuera
tal como un niño el vendaval solloza.

El fuego va a morir; también la luna
apaga su fulgor, más por fortuna
ni eso me inquieta ni me importa nada,

porque cual una inextinguible hoguera,
conservo de tu amor la llamarada
y el rayo de tus ojos compañera.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, November 19, 2014

Media luz




Media luz

A la hora del Angelus, cuando todas las cosas
las baña el claro-oscuro de la melancolía,
y están las almas tristes, cansadas y ojerosas,
y están las aves quietas y la montaña fría.

Cuando a surgir empieza tras de la serranía,
sobre una caravana de nubes voluptuosas,
la encanecida reina, y en la azulada vía
desata suavemente sus crenchas luminosas.

A esa hora siento diversidad de cosas
en la caverna hirsuta de mi melancolía;
gemidos de ilusiones viudez de mariposas,
excesos de nostalgia, sollozos de agonía,
cadáveres de sueños... desolación de rosas.


Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, November 12, 2014

Soneto (Sin título #1)



Soneto #1

Suave boca doliente, ojos de dolorosa
tristes como la vida, negros como la suerte:
perfil en donde tiembla la claridad dudosa
que en el rostro del Hamlet romántico se advierte.

No tienes la belleza matinal de la rosa
sino una gracia enferma que cautiva y pervierte,
y al tiempo que tus labios manan la miel sabrosa
tus ojos sólo ofrecen néctar de la muerte.

Yo, desterrado eterno, prófugo de un remoto país, 
canto tu hechizo, mujer a cuyo lado sentí
que el hilo de oro de mis sueño está roto.

Así, serena, triste, fatal, haz que tu nombre
me deje por su sola virtud transfigurado
en un dios que se hubiese cansado de ser hombre.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, November 5, 2014

Nuevo Lázaro



Nuevo Lázaro

Tú fuiste buena y cauta cuando sobre mi vida
desató sus influencias tu reinado de amores
y me crucificaron tus ojos bienhechores
en un leño de auroras, sin hacerme una herida.

Fuiste buena como una palma enternecida
apagaste mis ansias me ungiste con flores;
yo era entonces muchacho de sueños tricolores
y me fui a perseguirlos por el mar de la vida.

Hoy vuelvo a ti, frondosa, munificente palma,
vuelvo a pedirte sombra, perdón, paz y terneza;
a pedirte el milagro de la resurrección.

A tus dominios vengo para que ampares mi alma;
si vieras como ahora me llueve a tristeza
¡si vieras cómo tengo llagado el corazón!



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, October 29, 2014

La cruzada




La cruzada


En el fondo del alma, muy oculto
vibra este amor en que sin paz me inflamó,
aun cuando ya el amor con que la amo
tiene la santa proporción de un culto.

A solas, lejos del social tumulto,
desde mi torre de dolor la llamo,
y responde a mi férvido reclamo
el eco de mi voz... como un insulto.

Pero yo sin cesar, amo y confío,
porque sé que el amor y la constancia,
tal como bullen en el pecho mío,

Tienen augusta y singular firmeza
para poder rendir con arrogancia
hasta la más heroica fortaleza.


Francisco Restrepo Gómez


Wednesday, October 22, 2014

Mi ofrenda



Mi ofrenda

Yo no te ofrendo espada porque no fui guerrero,
ni con sangre de víctimas me cubrí de laureles;
tampoco fui marino ni cazador certero,
por eso, no me pidas ensangrentado acero
ni perlas,  no corales, ni pájaros, ni pieles.

Estoy triste y cansado; soy un débil viajero,
tropecé por doquiera con desengaños crueles
te marqué con mis llantos el desnudo sendero; no
vino hasta mi sombra la lumbre de un lucero
 ninguna flor, ninguna, me regaló sus mieles.

A tu alcázar arribo, mas no como un guerrero
a quien las multitudes cubrieran de laureles;
no me pidas espada, soy un débil trovero
que viene a coronarte, fervoroso y sincero;
con una inmaculada corona de rondeles.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, October 15, 2014

El árbol caído



El árbol caído


Dame la mano, hermano, buen hermano que pasas
con pasos vigorosos y con mirar risueño;
estoy débil y enfermo, mis fuerzas son escasas,
alíviame un instante de mi pesado leño.

De acueste leño duro que sobre el alma cargo señor,
de acueste leño que me ofrendó la suerte;
yo vengo de las tristes riveras de lo Amargo;
y voy hacia las nobles murallas de la muerte.

Yo soy un árbol viejo, sin aves ni verdores,
un árbol por el soplo del vendaval caído
en mi no hay armonías, ni céfiros, ni flores
y guardo la suprema nostalgia del vencido.

Por eso a ti levanto mi moribundo ruego
a ti que ufano y fuerte por el sendero cruzas;
derrama en mis cenizas un átomo de fuego
y arranca de mis sombras las clámides difusas.

Se misericordioso, comparte mis tristezas,
tú llevas pan y rosas en tus alforjas de oro;
yo llevo solamente puñados de asperezas
y desde mis desgracias tu compasión imploro.

Se bueno, tenme lástima; de tu copa de vino
unas gotas escancia sobre mi labio yerto;
¿no ves en mis fatigas que soy un peregrino?
¿no ves en mis sandalias el polvo del camino?

Levántate y ayúdame; de tu fornido brazo
concédeme el apoyo; mi corazón te clama;
mitiga bondadoso la sed en que me abrazo
y sobre mis torturas tus frescores derrama.

Detente, buen hermano, desde la ingrata orilla
de mi arenal, demando tu protector tributo
si arrojas en mi alma benéfica semilla,
tal vez mañana mismo recogerás el fruto.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, October 8, 2014

Medallón




Medallón

Adorable princesa del cabello castaño;
yo, pecador rebelder, caprichoso y sensual,
vengo a ti, con mis recias pesadumbres de antaño
para que tú me alientes, compasiva y jovial.

De mis desolaciones en el mustio rebaño
vierte princesa, el agua de tu voz fraternal;
y lava las heridas que me abrió el desengaño,
con esa tu blancura de cordero pascual.

Yo soy un extraviado viajero que quisiera
fundirse entre tu sangre, de la misma manera
como el hierro, señora, se funde en el crisol.

Bendita tú por bella, y por noble, y por santa,
y porque en mi camino tu lumbre se levanta
cual si sobre la noche se levantara el sol.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, October 1, 2014

Señor burgués



Señor burgués


En que tan solo sabes preocuparte
por las bajas intrigas del negocio:
en que vives ajenos al sacerdocio
mil veces noble y señorial del arte.

En que ríes de todo y no te acuerdas
de los tristes que cruzan el desierto,
eres en el humano desconcierto
como la caja de un violín sin cuerdas.

Por eso, aun cuando lleno de acomodos
vivas, y tengas el dinero a modos
en el nombre santísimo del arte.

En el nombre de Apolo - aunque te asombre -
en nombre de lo bello y de mi nombre
te dispenso el honor de despreciarte.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, September 24, 2014

La copla eterna - cantares inéditos 5 & 6



La copla eterna
(Cantares inéditos 5 &6)


A tu puerta, solo y triste,
llegué, cual creyente al ara,
y tú, mal rico, me diste
con las puertas en la cara.

Quisiera volver a verte
y al mismo tiempo olvidarte,
pero en mi olvido tenerte
y aborreciéndote... amarte.

Sollozando como un niño
llegué de un pobre a las puertas,
me fueron al punto abiertas
y encontré pan y cariño.

Canta mis coplas bajito,
como si fuera llorando,
porque mi alma está muriendo
y está el corazón rezando.

Canta mis coplas bajito,
como si fuera rezando,
porque alguien, dentro de mi alma,
está llorando... llorando...

No destruyas mi ilusión
tan llena de ricas galas,
porque morirán las alas
que llevo en el corazón.

Lluvia que al sol te derramas,
cae, cae sin cesar,
cae... porque tengo ganas
así... como de llorar.

Para que sepas querer,
nena de mi perdición,
tienes antes que beber
sangre de mi corazón.


Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, September 17, 2014

La única




La única

Melancólicamente, por mi senda
voy con el fardo de mi pesadumbre
de peñón, de cumbre en cumbre,
de contienda en contienda y en contienda.

Mi cielo amaga tempestad tremenda
y en vano busco entre la muchedumbre
una pupila que mi noche alumbre,
un alma fraternal que me comprenda.

Así vago, así voy... de tumbo en tumbo,
de dolor en dolor, de pena en pena,
y así... viajero sin bordón ni rumbo,

iré hasta el fin... sin que jamás encuentre
una mujer tan cariñosa y buena
cual la mujer que me llevó en su vientre.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, September 10, 2014

El retorno



El retorno


Vuelvo, pálida novia, que solías
mi regreso esperar tan de mañana,
con la misma canción que preferías,
y la misma ternura de otros días,
y el mismo amor de siempre, a tu ventana.

Y elijo para verte, en delicada
complicidad con la Naturaleza,
una tarde como ésta, desmayada
en un lecho de lilas, e impregnada
de cierta aristocrática tristeza.

Vuelvo a ti con los dedos enlazados
en actitud de súplica y anhelo,
como siempre, y mis labrios no cansados
de alabarte, y mis ojos ya obstinados
en ver los tuyos al través del cielo.

Recíbeme tranquila, sin encono,
mostrando el dejo suave de una hermana;
murmura un apacible "te perdono"
y déjame dormir, con abandono,
en tu noble regazo, hasta mañana.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, September 3, 2014

Viejos amigos



Viejos amigos


Cuando tocó a la cárcel de mi vida
con destellos de luz y sombra, la pobreza,
a su encuentro s salió, desfallecida
una anciana deforme: mi tristeza.

Y no me estremecí de ningún modo
me extrañó la visita: mi existencia
siempre está pronta a recibirlo todo,
o casi todo con la indiferencia.

Como una vieja amiga la esperaba
así, como una amiga que se grava
en las profundidades de nuestros sueños.

Un duro y negro pan ella me trajo,
y en cambio yo le di por agasajo
el blanquísimo pan de mis ensueños.


Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, August 13, 2014

Fórmula química



Fórmula química


Señor que vives satisfecho y fuerte
en las altas esferas del Estado,
y empuñas el bastón del Magistrado
merced a los caprichos de la suerte;

al pueblo acata y por su bien labora,
desprecia la política y oficia
con inconsable afán, hora tras hora,
en el diáfano altar de la Justicia.

No te encamines por camino extraño,
mira señor, el pueblo es un rebaño
en el cual cada hombre es un cordero.

Pero si tú lo oprimes a porfía,
puede ese pueblo convertirse un día
en tu verdugo y tu sepulturero.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, July 30, 2014

Sobremesa



Sobremesa


Acritudes, tristezas, desengaños,
sombras y tempestades y aquilones,
a modo de macabras procesiones
han cruzado la escena de mis años.

Y, por qué no decirlo, algunas veces,
risueña, dulce alborotada y loca,
cruzó la dicha y me brindó su copa
de voluptuosidades y embriagueces.

En todas las fontanas del camino
abrevé cual lo hiciera un peregrino
fatigado, sediento y moribundo.

Y hoy, sin que nada a mi sentido asombre,
escéptico infeliz, voy por el mundo
como una pena convertida en hombre.



Francisco Restrepo Gómez