Fórmula química
Señor que vives satisfecho y fuerte
en las altas esferas del Estado,
y empuñas el bastón del Magistrado
merced a los caprichos de la suerte;
al pueblo acata y por su bien labora,
desprecia la política y oficia
con inconsable afán, hora tras hora,
en el diáfano altar de la Justicia.
No te encamines por camino extraño,
mira señor, el pueblo es un rebaño
en el cual cada hombre es un cordero.
Pero si tú lo oprimes a porfía,
puede ese pueblo convertirse un día
en tu verdugo y tu sepulturero.
Francisco Restrepo
Gómez
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