El amor dormido
Si todo entre los dos ha concluido,
si ya nuestra pasión atormentada
huyó como un venado perseguido
y se ocultó en las selvas de la nada;
si todo terminó, si se ha extinguido
en nosotros la dulce llamarada
del amor, y a la vez en tu jornada
y en mi jornada floreció el olvido;
si ello es verdad, por qué cuando te encuentro
me tiembla el alma y corazón adentro
¡aguda espina sin piedad me hiere!
¿Por qué? Porque el amor en su batalla,
a veces huye... agoniza... y calla...
y pena... y pena... ¡pero nunca muere!
Francisco Restrepo Gómez
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