Monday, December 5, 2016

Balbuceos II



Balbuceos II
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Novia campestre, novia pura
como los lirios en botón;
divina novia, miniatura
de inenarrable sugestión.

Novia que urgiste mi amargura,
con un elíxir de ilusión,
y en mi tediosa senda oscura
fuiste una blanca aparición.

Ya no me aguardas, oh lucero,
en un recodo del sendero,
cual me solías aguardar.
¡Huiste lejos ay! tan lejos
que ni siquiera tus reflejos
vienen mi noche a iluminar.


Francisco Restrepo Gómez

Tuesday, November 8, 2016

Balbuceos I



Balbuceos I
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Viejas paredes de la casa
donde pasé mi mocedad,
ya no sois mías… ¡todo pasa
en la voluble humanidad!

Querida vieja Nicolasa,
sirvienta fiel de mi heredad,
ya te cubrió la oscura gasa
de la insondable eternidad.

Y tú mi buena madrecita,
tú que amparaste, pobrecita,
¡mi desjuiciada juventud!
Ya no me mimas ni me hablas…
dormida yaces en las tablas
del enigmático ataúd.

Francisco Restrepo Gómez

Monday, August 29, 2016

Bajo las ramas V



Bajo las ramas
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En tanto, el roble centenario donde la amante pareja
fabricara su albergue, empujado por la fuerza del
hombre, se deslomaba, estrepitoso y trágico, con la
egregia majestad de un monarca vencido.

Cuando la hembra cantora sintió que el coloso caía,
como en busca de amparo exploró con angustiosas
miradas el frondaje vecino, porque quizá pensó que
el compañero llegara impaciente a salvarla y a salvar
a sus implumes hijuelos. En vano indagó tenaz a las
ramas temblosas, en vano observó el impasible
horizonte, en vano aguzó el oído por sorprender la
proximidad de un aleteo.

Entonces, ya perdida la postrera esperanza, lanzó un
himno desgarrador, y, lejos de huir como el ingrato,
con dulcedumbre de madre extendió el blancor de
sus plumas sobre sus débiles polluelos, y
resignadamente se dejó aplastar por la vigorosa
ramazón del árbol gigante que, impulsando por la
mano del hombre, se desplomó sobre la tierra,
solmene y pomposo, en una trágica apoteosis de
muerte...


Francisco Restrepo Gómez

Monday, August 1, 2016

Bajo las ramas IV




Bajo las ramas
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Los ámbitos del boscaje se poblaron de ecos a medida
que los hombres taladraban el tronco, y en la apacible
pomposidad del paraje, aquellos ecos sordos eran
como una agoniosa lamentación de la Naturaleza,
con divino miserere por la hermosa pareja que
calentaba a sus polluelos implumes en la fronda del
roble que moría.

Cobarde y temeroso, a las primeras sacudidas del
árbol, el ruiseñor las alas y con la rapidez de
una flecha disparada hendió los aires y se internó en
el corazón de la selva. Y a la vez que el golpe de las
hachas hería la religiosa tranquilidad del espacio y
boscaje, el prófugo alado, cual si se sintiera
perseguido, duplicada la velocidad de su vuelo a
través de las tupidas marañas, olvidando a su
amorosa compañera.

Llegó al límite del bosque, y un instante,
amedrentado e inquieto, se detuvo en la copa de una
ceiba elevada; brincó un momento entre el obscuro
ramaje, desgranó una tonalidad quejumbrosa, y
luego, como poseído de inquebrantable resolución,
reanudó su fuga indolente y se perdió a lo lejos, en el
desmayo azul del horizonte.


Francisco Restrepo Gómez

Tuesday, July 12, 2016

Bajo las ramas III




Bajo las ramas
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Y como al cabo la hembra experimentara la imperiosa
Necesidad del nido, eligieron los dos el árbol más
Oculto del bosque, en un roble soberbio, y en su
Fronda opulenta fabricaron de hojarascas el pequeño
recinto.

Ella se echó en el tibio nidal, triste, enferma. Y él,
Solícito, ligero, revolaba por las huertas distantes, en
Busca del sustento, y a la tarde volvía con la garganta
Llena de granos y arpegios para la dulce compañera.

Mas sucedió que algunos leñadores penetraron cierta
Mañana al fondo de aquel bosque, y al fijar la mirada
en el roble, portentoso, refugio de la alada pareja,
llenos de codicia febril e ignorante de la maldad que
cometían, con el cortante filo de sus hachas
arremetieron impetuosos contra el árbol espléndido.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, June 22, 2016

Bajo las ramas II




Bajo las ramas
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Al despuntar la madrugada, como jocunda salutación
a la luz, desgranaban sus himnos eclógicos y en
bulliciosa algazara pasaban el día revoloteando por
entre la ramazón de los plantíos.

Al llegar el crepúsculo, cuando sobre los campos
empezaban a amontonarse las sombras, la enamorada
pareja se guarecía en cualquier rama, para seguir la
noche entre arrumacos y mimos.

Pero ello fue que un día el padre Invierno descargó
sus rudezas sobre aquellos lugares, y las dos
avecillas, medrosas y heladas, hubieron de emigrar a
horizontes lejanos, donde encontrarían la caricia del
sol.

El viaje no les fue fatigoso ni largo, y al atardecer del
mismo día llegaron a un bosque donde aún el verano
tenía plantada la esplendidez de sus dominios. En
amante connubio continuaron allí su vida de jolgorio
los suaves trovadores, bajo la paz beatífica de un
ambiente aromado, y con troyas cristalinas loando,
inconscientes, la angustia solemnidad de la
Naturaleza, que en aquel sitio ostentaba
magnificencias del templo.


Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, May 25, 2016

Bajo las ramas I



Bajo las ramas
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Eligieron el árbol más oculto del bosque para fabricar
su vivienda amorosa. Un roble copudo y gigantesco,
escondido en un paraje virgen de las plantas
humanas; fue el predilecto a la consagración de aquel
idilio salvaje.

Era una pareja ruiseñores que, amante y jubilosa,
llegaba a consolidar su amor en la fronda amiga del
árbol centenario. Nacieron los dos en diferentes
nidos de un huerto tropical, bajo la majestuosa
serenidad de una noche estrellada y al mediar de un
estío largo y lujuriante.

Cuando pudieron volar, presurosos e ingratos
abandonaron los nidales paternos, y de rama en
rama, de jardín en jardín, buscaban con parlera
alegría el cotidiano sustento.


Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, April 13, 2016

Voces lejanas V


Voces lejanas V
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¿Fue un ensueño?... No sé. Mi fantasía
poblada está de incompasiva niebla
tiene mucho quebranto el alma mía
y mi estéril razón muchas tinieblas.

Me tortura este vals, a mis oídos
llega como un sollozo lastimero
despertando recuerdos doloridos
en la desolación de mi sendero.

Esas notas me abruman; el abismo
de mi existencia, sin temor se lanzan
y bajo el velo de mi escepticismo
confusamente, como espectros, danzan.

Pájaros mustios que mi albergue llegan,
cuervos extraños que mi hogar visitan;
heladas hoces que mi alma siegan
y sin piedad, en mi aflicción se agitan.

Es un piano; sus ayes a mi reja
se introducen, su grito devora.
Lo hieren... y es por esos que se queja;
lo golpean... por eso triste llora.

Yo también lloro. sus amargas notas
puñales son que mi nostalgia estrujan
aves que vienen con las alas rotas
y a la región del recordar me empujan.

Dulce es llorar. En insaciable hastío
parece huir cuando resbala el llanto
por eso lloro cuando estoy sombrío
por eso siempre en mis tristezas lloro.

Francisco Restrepo Gómez


Sunday, March 27, 2016

Voces lejanas IV




Voces lejanas IV
4 de 5


Todo se fue, las entreabiertas flores,
el suave olor de las campestres brisas,
tus ojos... con sus lluvias de fulgores,
tus labios... con sus olas de sonrisas.

Hosca y enferma apareció la luna
del cerro audaz tras el esbelto dorso
en tanto que la exótica fortuna
rápida huyó cual perseguido corzo.

No tengo luz: mis ilusiones todas,
faltas de sol, en la penumbra expiran,
con la tristeza celebré mis bodas,
bajo el dolor mis pensamientos giran.

Tiempo hace ya que el desengaño adusto
dejó en mi ser su destructora marca.
Tiempo hace ya que el vendaval injusto
sopla traidor sobre mi frágil barca.

Oh gratas horas, perfumado huerto,
que recorrí con inquietud de loco.
Hoy ya todo para mí está muerto
desde mi cruz, vuestra fragancia evoco.

Francisco Restrepo Gómez


Sunday, March 6, 2016

Voces lejanas III



Voces lejanas III
3 de 5


Allí, bajo el tupido pomarroso que
señorea el tentador paisaje
cuántas veces, en ímpetu ardoroso
rodé, a tus pies... como obediente paje.

¿Después? ¿Después? El huracán, la sombra,
la noche que sin tregua me maldice,
mi sueño de poeta, que te nombra,
mi labio pecador... que te bendice.

¿Qué te hiciste? ¿Dóndes estás? ¿En qué paraje
se posan hoy sus diminutas plantas?
¿Dónde agitas paloma tu plumaje?
Lucero, ¿qué crepúsculo abrillantas?

Todo ha cambiado ya, todo es distinto
de oscuras gasas se cubrió el poniente,
quedó de rosas el sendero extinto
sin luz el alma y sin rumor la fuente.

Aquel jardín, el pomarroso altivo
donde trepé con decisión astuta
por descolgar, para tu labio esquivo
y hato de miel, la sazonada fruta.

Francisco Restrepo Gómez

Tuesday, February 9, 2016

Voces lejanas II


Voces lejanas 
2 de 5


Un jardín: las rosadas amapolas
el aura dan sus entreabiertos broches,
mientras la brisa, en embriagantes alas
deja vagar sus húmedos derroches.

Las mariposas en contorno vuelan
ebrias de amor, la tarde se aproxima,
en pos de luz, el horizonte rielan,
se duerme el sol tras la empinada sierra.

Sueltan las aves sus parleros trinos,
la fuente arrulla, el vendaval dormita,
susurros hay en los frondosos pinos;
todo al placer y a la pasión invita.

Y allí estás tú; sobre la pompa egregia
de aquel jardín, tu corazón me aguarda.
¡Cómo hay de luz en tu mirada regia!,
¡cómo hay de amor en tu actitud gallarda!

¿Recuerdas bien? como ladrón furtivo
llegué, hasta ti, y en lánguido embeleso
dejé, posar sobre tu labio esquivo
mi labio cruel... para robarte un beso.

Francisco Restrepo Gómez