Autosemblanzas
III
Enlacé mi destino
con el de una pastora
de cabellos tan
rubios como el astro solar;
ella es diáfana y
bella como un lampo de aurora
y su amor es la
égida de mi cruel batallar.
El buen Dios, es
padre de bondad redentora,
nos ha dado tres
lirios de fragancia oriental:
tres hijitas que
fingen tres rayitos de aurora
y que tienen
purezas de cordero pascual.
He ahí de mi vida
la rebelde silueta;
además, y muy
lejos de llamarme poeta,
soy; tan solo, un
vencido del humano Tabor.
Y como un
peregrino, sudorosa la frente,
voy hollando
asperezas y aguardando paciente
que me llame al
reposo de la tumba el Señor.
Francisco Restrepo Gómez
No comments:
Post a Comment