Wednesday, April 30, 2014

El idilio



El idilio

¡Y fue mía!... Mis labios atrevidos
bebieron en sus labios el vino del Amor,
y exprimí las dos uvas de sus ojos queridos
hasta colmar en ellas mi sed de viñador.

Yo escuché de su pecho los ardientes latidos
y adormecí en mis brazos su cuerpo vibrador;
la luz de sus miradas embriagó mis sentidos
y aromó las tinieblas de mi antiguo dolor.

Ella fue una pastora peregrina y extraña
que en la paz de una tarde se fue por la montaña
y desde aquella tarde jamás le he vuelto a ver.

Dejó vacía y triste mi rústica cabaña,
la huerta está ya llena de cardo y de cizaña
y a mi cansado espíritu llegó el anochecer.


Francisco Restrepo Gómez



Wednesday, April 23, 2014

El río



El río

Con sus rumores de orquesta, con ingenuos rumores,
su corriente desliza majestuoso y viril;
es un príncipe rubio que, rendido de amores,
dulces notas arranca de su plectro gentil.

Es un príncipe rubio, como los trovadores
que, en el cinto la lira y en la mano el buril,
por esos mundos fueron, tal los conquistadores,
haciendo de la vida magnífico pensil.

Deja, oh príncipe altivo, que mi cruz de dolores
detenga unos instantes cerca de ti; sus rumores
ahogarán el lamento de mi pena senil.

Quiero confidenciarte mis antiguos dolores
y hablarte, cual si hablara de las más bellas flores,
de una linda pastora que huyó de mi redil.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, April 16, 2014

MOI





MOI


El hiriente sarcasmo que me azota
es la risa en mis labios tremulentos,
que de un sólo placer viven sedientos
de siquiera una alegre, fresca gota.

Mientras oculta, inextinguible brota
la fuente de mis hondos sufrimientos
marcho con él feliz, y a sus acentos
junto ya enfermo mi cantar de ilota.

Y porque hay almas nobles, cariñosas,
que llorarían al mirar mi llanto,
o mi dolor sin máscara y sin velo.

Yo voy sangrando y esparciendo rosas,
y ante esas almas, como un templo santo,
consumo el sacrificio de mi duelo...



Francisco Restrepo Gómez


Wednesday, April 9, 2014

Por esos mundos



Por esos mundos


Corazón: de la vida en los caminos
los huestes del dolor te han asediado,
aunque tú solamente has derramado
versos y amor para los peregrinos.

Corazón, sobre viseras obligado
a padecer del mal del sentimiento;
óyeme, corazón, mi pensamiento
será siempre un esclavo en la jornada.

El cansancio de todo cuanto existe
te formó tan escéptico y tan triste
que ya nada alimenta mis ambiciones.

Todos los malhechores del sendero
cobardemente te han herido, pero
tú sabes perdonar... y los perdonas.



Francisco Restrepo Gómez

Wednesday, April 2, 2014

Compasión


Compasión

¡Qué lástima tengo,
de mi chiquitina,
tan débil, tan suave,
como el hilo de agua
de una fuentecilla!

Parece un pedazo
de nieve de cumbre
donde el sol posara
sus melancolías
de las tardes lentas
de la tierra mía.

A veces la cubro,
como con un velo,
de inmensas ternuras
que se hacen caricias,
y siempre termino
llorando de pena
¡como una chiquilla!...



Francisco Restrepo Gómez