La copla eterna
(Cantares inéditos 1 &2)
Canta mis coplas, morena,
con esa tu voz de cielo
para que alegres mi duelo,
para que mates mi pena.
Contigo, dulzura mía,
mis sufrimiento se calma;
sin ti... se arranca el alma
de pura melancolía.
Hay en mi parroquia un Cristo
de ojos tan dulces y suaves
como sólo los he visto
en la cara de mi madre.
Ruiseñor que en la enramada
desgranas el corazón,
regálame una canción
para cantarle a mi amada.
Con tu blusita de olán
y enagua de zaraza,
vales más que una Princesa
llena de joyas y galas.
Nunca en la mar halló el buzo
coral cual tus labios rojos,
ni hay esmeraldas en Muzo
más preciosas que tus ojos.
Un albo manto bordabas
para la Virgen un día
y era más blanca In mano
que la labor que tejías.
Canta mis coplas chinita,
que al oírte me consuelo,
mis coplas saben a cielo
cantadas por tu boquita.
Francisco Restrepo Gómez
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