Wednesday, March 19, 2014

Ciencia oculta



Ciencia oculta

Ya tiempos, ya que con afán profundo,
está mi alma, mi pobre recluida,
aprendiendo la ciencia de la vida
en el claustro monótono del mundo.

De su carrera en los luctuosos años
ha tenido sapientes profesores:
todos o casi todos los dolores,
y muchos, pero muchos ¡desengaños!

Al fin y al cabo sonará la hora
en que venga la mustia segadora
a llevarse a mi dulce recluida:

y la pobre se irá con la tristeza
de no haber—a pesar de su firmeza—
aprendiendo la ciencia de la vida.



Francisco Restrepo Gómez

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