Madre
Mujer, santa mujer que me trajiste
a la noche polar de la existencia;
yo soy entre los hombres el más triste,
y si tan triste soy, es por tu ausencia.
Tu corazón—cascada de ternuras—
te hizo, de la vida en el quebranto,
la mejor de las madres, y por lo tanto
la más buena de todas la criaturas.
Y aunque un día la Parca traicionera
nos separó, fue en vano que tendiera
entre nosotros sus oscuros velos.
Sin cesar
nos miramos y sin calma;
yo con los mustios ojos de mi alma,
y tú con las pupilas de los cielos.
Francisco Restrepo Gómez
No comments:
Post a Comment