Parece
mentira I
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Parece
mentira...
parece
mentira pero no es mentira;
todo lo
ha cambiado la suerte traidora;
tú ya no
me quieres como me querías
y cuando
te encuentro pasas por mi lado
tal como
si nunca jamás en la vida
hubiera
yo sido tu dueño, y el dueño
de tus
pensamientos y de tus sonrisas.
Los dos,
muchas veces que olvidar no puedo,
mientras
yo jugaba con tus manecitas
amorosamente
mirábamos como
el sol
se ocultaba tras de las colinas.
Y yo te
decía mis hondos penares,
mis
luchas internas, mis melancolías,
el dolor
acerbo de vivir llorando,
el dolor
tan grande de vivir la vida.
Tú me
formulabas amantes promesas;
solamente
tuya seré, me decías;
yo, niño
ingenuo, confiaba en tus frases
y en
ellas cifraba mi amor y mi dicha.
Francisco
Restrepo Gómez