Friday, February 27, 2015

A un hijo de Apolo



A un hijo de Apolo

Los más esquivos dones que guarda la contienda a
los batalladores del humo redil,
caigan sobre los duros peñascos de tu senda,
a modo de una lluvia benéfica y sutil.

Que en amor infinito tu corazón se encienda
para todas las cosas de la vida pueril;
no te importe que el mundo tu pensar no comprenda
ni te importen las mofas del populacho vil.

Lleva los ojos puestos en el azul del Arte
y desprecia los canes que a una y otro parte
del camino, ¡oh viajero triunfal!

Domina los impulsos de la suerte traidora
y ante los Bello inclínate. Si la sed te devora
cálmala en esa fuente que llaman ideal.


Francisco Restrepo Gómez

Thursday, February 19, 2015

Para el amigo querido, Luis A. Calvo




Para el amigo querido
Luis A. Calvo


Soledad es el nombre de la avecilla
que vive en las montañas gimiendo sola,
incansable en su canto de alma sensible,
incansable en su queja como la ola.

Llora y solloza como el poeta
que proscrito del nido pasa los años,
obcecada de ensueños azul violeta
entona sus canciones de desengaños.

Tiene como el perfume de las coronas
que llevo las viudas al camposanto,
tiene como el alma de las aromas:
tiene todo lo noble su triste canto.

En las ramas frondosas más elevadas
o en las palmas amadas de los corozos,
despide con nostalgia de abandonadas
¡las tardes que se apagan como sollozos!


Franciso Restrepo Gómez

Monday, February 16, 2015

Soledad


Soledad

El Poeta creador del Universo
pulsó una cuerda de su lira hermosa,
y al instante brotó, como una rosa,
la perfumada floración de un verso.

Ese verso eres tú, y entre la prosa
ruda y vulgar de mi destino adverso,
aleteas, cual una mariposa
que compasivo me traje el cierzo.

Que me hiera los hombres, que me hieran
y que en la lid mis ilusiones mueran
acuchilladas por injusto Sino.

Nada me importa ya, nada me espanta
porque tu cabecita se levanta
como un signo de paz en mi camino.



Franciso Restrepo Gómez

Thursday, February 5, 2015

Último día




Último día
(Para Crepúsculos)

Van muriendo uno por uno los nostálgico placeres
que a su paso van dejando cargados de irrisor.
Hay tristezas infinitas en las almas de los seres
y esperanza de que el año que ya viene sea mejor.

Y parece que al ocaso no se hundieron tantas tardes.
Tantas tardes de tristezas, de desvelos o de amor
se oscurecen y avergüenzan de sus pérfidos alardes
que contaron tantas dichas y ocultaron el dolor.

Y entre tanto el sol ardiente con sus luces halagüeñas
cual del tiempo la carrera si quisiera detener,
sus cabellos de oro enreda en los montes y en las breñas,
mas... el tiempo lentamente, se los hace recoger...

Pobre sol: tú vas contando los minutos y las horas y los
años;
pero creo que en tus cuentas olvidáoste de mi...
yo no sé más, mis dolores y mis hondos desengaños
me los dejas porque acaso... ¿oscurecen tu cenit?

También creo que no viste mi pesar ni mis dolores
pues cuando ella me quería y yo la amaba con pasión
esperaba que te fueras. No quería en mis amores
ni un testigo que la viera tan hermosa con su amor...

Francisco Restrepo Gómez