Silueta interior
Muerta la fe, rendida la cabeza,
la lanza rota, el corazón vacío.
Voy por la carretera del Hastío
sobre el viejo rocín de mi Tristeza.
Mi espíritu es un buen Samaritano
que aúna en lazos de perenne alianza,
algo de don Alonzo de Quijano
con algo del paciente Sancho Panza.
No llevo rumbo ni llevarlo quiero,
ni tras de nadie voy ni a nadie espero,
ni nadie espera la llegada mía.
Como ya la ilusión no me conforta,
como todo es igual, nada me importa,
¡morir hoy o mañana o cualquier día!
Francisco Restrepo Gómez
No comments:
Post a Comment