Nochebuena
Al calor de la lumbre agonizante
vamos a celebrar la Nochebuena
porque yo quiero disipar la pena
que me devora instante por instante.
Pequeñuelos venid; mi fantasía
os contará maravillosos lechos,
y después, dulcemente, a nuestros lechos
id a soñar... hasta que venga el día.
Yo me pondré a velaros, y entre tanto
silenciosas, punzadas y quemantes
descenderán las lluvias de mi llanto.
Y mañana temprano, en nuestras botas
en lugar de muñecos y pelotas
hallarán un reguero de diamantes.
Francisco Restrepo Gómez