Wednesday, November 13, 2013

El dilema



El dilema


Señor: Tú sabes que mi vida es suya,
suya, muy suya... hasta morir por ella,
aun cuando siempre a mis reclamos huya
leve y fugaz cual voladora estrella.

Señor: no dejes que la ingrata aquella
más tiempo aún mi corazón destruya;
haz ya que cese mi mortal querella
y que mi cáliz de dolor concluya.

Mas... si no puedo entre mis brazos verla
ni contra el corazón aprisionarla,
si el cielo para mí no quiso hacerla.

Si a mi suerte, Señor, no has de enlazarla:
Tú que me diste amor para quererla
dame olvido también para olvidarla.


Francisco Restrepo Gómez

No comments:

Post a Comment