Friday, May 31, 2013

Noche y alma

 
Noche y alma
 
Sola está la ciudad, sola y sombría
como mi corazón; bajo el sudario
de la noche aletea un incensario
de morbosa, de cruel melancolía.
 
Cual dos puños levanta el campanario
sus torres de vetusta sillería,
y allá lejos la umbrosa serranía
destaca su perfil de dromedario.
 
¡Qué contraste! la noche muda y fría
lleva mundos de luz en su santuario
mientras que yo dentro del alma mía
solo llevo al trepar por mi calvario
esta fúnebre cruz: melancolía.
 
Francisco Restrepo Gómez

Monday, May 27, 2013

La compañera

 


Bertilda Rueda de Restrepo (Mi bisabuela y compañera del poeta)



La compañera
  

Cuando todo solloza en mi camino,
cuando mi juventud se desmorona
y se trueca en cenizas mi corona
de ilusiones, al soplo del Destino;

Cuando ya la Esperanza me abandona
y en mi propia heredad soy inquilino;
cuando, como si fuera un asesino,
la Desgracia en sus muros me aprisiona;

Cuando la carga del Dolor me abate
y me siento morir en el combate,
tú, misericordia compañera,

me amparas bajo el sol de tu cabello
y se ciñen tus brazos a mi cuello
como el viejo saúz la enredadera.

Francisco Restrepo Gómez

Tuesday, May 21, 2013

La Gruta Simbólica

 

 



La Gruta Simbólica

Francisco Restrepo Gómez perteneció al grupo denominado La Gruta Simbólica.  A continuación texto de la Biblioteca Virtual, Luis Angel Árango.
"La Gruta Simbólica fue un círculo o tertulia literaria que surgió en Bogotá a comienzos del siglo XX. Su existencia permitió concentrar un buen número de escritores que habían nacido aproximadamente 30 años antes y que, más que bohemios, tuvieron una motivación humanística y poética para sus encuentros.

Debe su nombre por estar en ese entonces muy en boga la escuela llamada simbolista que era objeto de intensas polémicas entre quienes tomaban partido por defender los estilos clásicos, entre ellos los románticos, y aquellos otros que, con nuevas formas y concepciones, introducían otras propuestas para la prosa y el verso. Llama la atención que los miembros de la Gruta Simbólica, siendo contrarios al apelativo, lo hayan adoptado como identificación. Uno de sus principales integrantes, el escritor Luis María Mora, dijo que la escogencia del nombre se debió a que él había escrito un folleto titulado De la decadencia y el simbolismo, en el que fijaba el valor artístico y filosófico de las nuevas tendencias. El texto, por entonces inédito, fue leído en una pequeña reunión donde participaban sus amigos, y ahí adoptan el nombre de Gruta Simbólica".

Texto tomado de: Notas biográficas de poetas colombianos del siglo XX, Biblioteca Virtual, Luis Ángel Arango.



 

Friday, May 17, 2013

La copla eterna

 


 
Publicada en la revista Gráfico, Bogotá

La copla eterna
 
Canto mis coplas, morena,
con esa tu voz de cielo
para que me males mi pena
 
Contigo, dulzura mía,
mi sufrimiento se calma;
sin ti...se me arranca el alma
de pura melancolía
 
Hay en mi parroquia un Cristo
de ojos tan dulces y suaves
como sólo los he visto
en la cara de mi madre
 
Ruiseñor que en la enramada
desgranas el corazón,
regálame una canción
para cantarle a mi amada.
 
Con tu blusita de olán
y tu enagua de zaraza,
vale más que una Princesa
llena de joyas y galas
 
Nunca en la mar halló el buzo
coral cual tus labios rojos
ni hay esmeraldas en Muzo
más preciosas que tus ojos.
 
Un albo manto bordabas
para la Virgen un día
y era más blanca tu mano
que la labor que tejías
 
Canta mis coplas chinita,
que al oírte me consuelo;
mis coplas saben a cielo
cantadas por tu boquita.
 
Francisco Restrepo Gómez


Wednesday, May 15, 2013

Homenaje biográfico de su hijo Jorge Alfonso








Homenaje biográfico escrito por mi abuelo, Jorge Alfonso Restrepo Rueda:

Francisco Restrepo Gómez nació en Bogotá el 7 de septiembre del año 1884.  Fueron sus padres don Francisco Restrepo Ochoa y doña María Gómez, personas de noble ascendencia y de memorables virtudes.  Ingresó a Colegio Colón, de insigne educador don Víctor Mallarino, donde estudió hasta la edad de los diez y siete años y obtuvo su cartón de bachiller.  Ya en las aulas se distinguía como fervoroso del arte Apolíneo.  Espíritu romántico y sensible, captó los sinsabores de la vida con singular presteza, la cual le empujó en su descabellada juventud a cometer locuras sin cuento y a derrochar lastimosamente su herencia, luego de haber perdido a los dueños de su vida.
Más tarde, abandonado y pobre, repudiado por los amigos y la suerte, sólo halló consuelo en el amor de una rubia princesita que le ofrendó la lumbre de sus ojos azules y el apoyo de sus sonrisas… y vivieron tiempos felices edificando su hogar.  Hostil fue con ellos la fortuna; pero sus juveniles corazones se sobreponían al destino adverso y compensaban con su mutuo y tierno amor los anhelos de progreso
.
Así iban, “como dos buenos hermanos”: él forjaba versos para su eterna compañera y ella con las flores de sus caricias le hacía más llevadera la cruz de la existencia.
Mas súbitamente, despiadadamente, la parca le arrebató a su “chatica del ama”.  Entonces, más huérfano aún que sus propios hijos, inconsolable y profundamente triste, se fue tras el recuerdo de su amada y abandonó el hogar para siempre… Vagó mucho de brazo con la melancolía, hasta la tumba.
En esta última etapa de su vida suena más inspirada y armoniosa su lira.  Con incomparable tristeza, fruto de su doliente corazón, viene un cortejo donde encontrará el lector delicados lamentos de un alma que vivió demasiado para el sufrimiento.
“Los poemas sin dueño” han podido llamarse hasta aquí estos de Restrepo Gómez porque su autor los abandonó indiferente y hoy la mano de algún revistero o escritor inconsecuente u orgulloso – cosa inaudita – les ha suprimido alguna palabra, frase o frases que no llamaron su atención; más luego de la vanidad de algún criticón encontraría adecuado agregarles alguna insinuación de su musa profana.  Por eso, muchos versos han llegado a mi mano cojeando lastimosamente y quejumbrosos por las inclemencias de su suerte o por el anonimato injusto a que fueron sometidos: no extrañe el lector, pues, las lagunas que pueda encontrar en varias estrofas.
Tal a grandes rasgos la vida infortunada del poeta.  Sobre su obra, oigamos la sabia crítica de don Antonio Gómez Restrepo, hecha en vida del autor.
“En contraste con algunos poetas que han vivido apegados al terruño, a Restrepo Gómez le ha tocado recorrer varios países americanos y ser representante en ellos de la nueva poesía colombiana.  Sus versos son frecuentemente reproducidos en las mejores revistas y diarios de España y América, y su obra ha sido consagrada con el elogio de renombrados maestros de la hora presente.  Puede estar muy satisfecho del camino recorrido”.
Y más adelante: “Restrepo Gómez es un gran sensitivo, y su poesía es la anotación vívida, honda y sincera de sus apasionadas emociones estéticas.  Tienen sus versos un dulcísimo ritmo musical, un timbre sutil y doloroso, muy en armonía con los estados sicológicos que expresan, y los rasgos descriptivos que los esmaltan, dan también la nota melancólica del paisaje.  El poeta es un hombre que siente y sufre, que tiene una clave propia para expresar sus afectos, pero es al mismo tiempo un luchador que conoce el precio de la vida y que no está dispuesto a rendirse, antes de llegar al término de la jornada.  Los afectos domésticos dan calor a su alma, y los nobles ideales del arte encienden y cautivan su fantasía”.
“Tiene Restrepo Gómez una extraordinaria, una inmensa facilidad para versificar; cualidad envidiable y peligrosa también, si no la contiene, como en este poeta, el respeto a los fueros del arte”.

Y agrega: “No ha coleccionado Restrepo Gómez sus numerosas composiciones; así es que dificulta el dar acerca de ellas un impresión de conjunto. Pero creemos que cantos como los titulados SOLARIEGAS caracterizan bien el género de inspiración en que más sobresale.  Es un renovación del tema eterno de la ausencia, de la añoranza del bien perdido; de la consagración por el dolor de sitios que fueron testigos de nuestra felicidad.  Este motivo dominante aparece en toda la pieza; pero la inspiración del poeta se complace en aparentar cierta bella e incoherente vaguedad y apunta rápidamente, ya un paisaje, ya un recuerdo; todo con pinceladas breves, que sugieren más de lo que dicen las palabras; y al cabo, la impresión melancólica se transfunde al lector. No todas las estrofas tienen iguales quilates de mérito artístico; pero nadie será insensible a rasgos tan hermosos como los siguientes, que llevan el sello inconfundible de la sinceridad y conmueven fuertemente con su eficacia poética, con la fuerza sugestiva de la inspiración”.  (Cita luego varias estrofas del canto SOLARIEGAS, y se muestra admirado de una especialmente, y que a continuación copiamos):

          Ya la noche sus miembros despereza
          y, cual un millonario, el firmamento
          sus arcas de oro a derrochar empieza…

Luego apunta: “El que estos versos escribe tiene en sus manos el instrumento que manejan solo los grandes poetas y puede y debe exigírsele que lo puse sin intermitencias, porque es un gran poeta”.
Y concluye: “El poeta, el dulce y sentido poeta a quien consagramos estas breves líneas, está llamado a acentuar virilmente su ya vigorosa personalidad con el ahincado cultivo del arte y a enriquecer nuestro Parnaso con obras que compitan todas las delicadezas de la sensibilidad, aguazada hasta lo extremo para la cultura moderna, con las preseas del arte clásico, que saber dar frescura y juventud eternas a las más ideales manifestaciones del ingenio”.

Jorge Alfonso Restrepo Rueda

Tuesday, May 14, 2013

A mi bisabuelo con respeto y admiración

A mi bisabuelo con respeto y admiración.  Su alma adolorida y romántica así como su recuerdo vive aún en sus descendientes  esparcidos por Colombia y los Estados Unidos y en especial en mí, una de sus bisnietas que eligió voluntariamente el destierro de la madre patria, pero que ama la poesía y la literatura en español y se regocija  con sus poemas.  Espero todos sus descendientes y demás valoren la obra del poeta por sus propios méritos y no por la forma como condujo su vida.  Leí alguna vez que alguno de sus nietos se refería a él como “el poeta maldito”.  Prefiero yo catalogarlo como otro talentoso bohemio que la muerte colectó muy pronto alentada por sus fantasmas y adicciones.
Sus versos y sus coplas fueron recopilados en un libro, del que tengo copia, que preparó con amor su hijo, Jorge Alfonso Restrepo, mi abuelo, el padre de mi madre, pero que  jamás fue publicado.  Afortunadamente algunos de sus versos sí fueron publicados en revistas de su época y queda constancia de su afiliación al grupo de la Gruta Simbólica de alguna fama en la Bogotá de aquel entonces cuando pasó por esas tierras.  También recibí una copia muy completa de Antonio Páez Restrepo, residente de La Florida, hijo de Isabel, la segunda hija del poeta, quien a su vez había compilado un libro muy completo con notas biográficas y genealógicas de interés para la familia.   Me arriesgo entonces con estos datos y de verso en verso a dejar su huella en esta red infinita mezcla de absurdos y también  belleza.  Quizá algunos de los Restrepo de ahora los encuentren aquí, o sin serlo también se identifiquen con su hermosa poesía enmarcada por tanto sufrimiento y llena de tanta nostalgia.