Wednesday, June 22, 2016

Bajo las ramas II




Bajo las ramas
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Al despuntar la madrugada, como jocunda salutación
a la luz, desgranaban sus himnos eclógicos y en
bulliciosa algazara pasaban el día revoloteando por
entre la ramazón de los plantíos.

Al llegar el crepúsculo, cuando sobre los campos
empezaban a amontonarse las sombras, la enamorada
pareja se guarecía en cualquier rama, para seguir la
noche entre arrumacos y mimos.

Pero ello fue que un día el padre Invierno descargó
sus rudezas sobre aquellos lugares, y las dos
avecillas, medrosas y heladas, hubieron de emigrar a
horizontes lejanos, donde encontrarían la caricia del
sol.

El viaje no les fue fatigoso ni largo, y al atardecer del
mismo día llegaron a un bosque donde aún el verano
tenía plantada la esplendidez de sus dominios. En
amante connubio continuaron allí su vida de jolgorio
los suaves trovadores, bajo la paz beatífica de un
ambiente aromado, y con troyas cristalinas loando,
inconscientes, la angustia solemnidad de la
Naturaleza, que en aquel sitio ostentaba
magnificencias del templo.


Francisco Restrepo Gómez